La NASA no ha declarado al dióxido de cloro como “antídoto universal” y mucho menos se ha comprobado científicamente que este compuesto sea un remedio adecuado para las personas.
Las autoridades de salud han advertido en múltiples ocasiones sobre el riesgo de intoxicación para quienes lo consuman.
¿De dónde salió esta idea?
Información publicada en el sitio web: humanosporlaverdad.com afirman tener “evidencia irrefutable” de que el dióxido de cloro es un tratamiento seguro y eficaz al cien por ciento para tratar el COVID-19, pero nada de esto es verdad.
El artículo lleva por título: “La Nasa catologó al dióxido de cloro como antídoto universal en 1988”, así como se lee, con todo y la falta de ortografía.
Sin embargo, esta información es errónea, ya que es mentira que la NASA haya catalogado al dióxido de cloro como un antídoto universal en 1988.
Según el portal, la supuesta declaratoria permaneció oculta durante 33 años, pero nada de esto es verdad.
Dióxido de cloro puede causar estos daños a la salud
En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ha alertado a la población sobre el uso del dióxido de cloro para el tratamiento de diversas enfermedades como el cáncer o el COVID-19.
- Ha enfatizado en lo peligroso que puede ser el uso de esta sustancia para la salud.
La Cofepris ha explicado que el dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel y en el proceso de tratamiento de agua y al estar en contacto con el vital líquido reacciona para formar iones clorito.
Ambas sustancias químicas son altamente reactivas y al ser ingeridas pueden provocar irritación en:
- Boca
- Esófago
- Estómago
También puede provocar:
- Náuseas
- Vómito
- Diarrea
- Trastornos cardiovasculares y renales
Dióxido de cloro se vende de manera irresponsable en internet
La venta de dióxido de cloro para, supuestamente, curar el COVID-19 se da a través de internet. En algunos casos, lo ofertan como “Agua Mineral Milagrosa”. Sin embargo, en cualquiera de sus presentaciones o dosis, ingerirlo es un peligro para la salud.
Esta sustancia se usa, principalmente, como desinfectante industrial. También, como blanqueador en la fabricación de papel y en el proceso de tratamiento de agua.
Tomarlo, aún en mínimas cantidades, vulnera el organismo. Expertos en toxicología lo catalogan como un gas asfixiante-irritante.
